Sobreviviente celebra fin de su lucha

Janine Cattouse, una profesora de literatura y religión, se convirtió en símbolo de esperanza y fortaleza tras vencer el cáncer de mama. La semana pasada, tocó la campana que marca el final de su tratamiento, un momento cargado de emoción y gratitud. “Tocar esta campana tres veces es para decir claramente que mi tratamiento ha terminado. Este curso se ha completado, y estoy en camino”, expresó Cattouse al recordar el instante que marcó el cierre de un año de lucha.

En agosto de 2024, a los 36 años, fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa dos. Desde entonces, se enfrentó a meses de terapias, consultas médicas y días difíciles que pusieron a prueba su cuerpo y su fe. Hoy, celebra una nueva etapa, libre de tratamiento y con una renovada visión de la vida. “Ha sido duro. Y cuando digo duro, quiero decir duro. Esto no es algo que le desearía a mi peor enemigo, y rezo para que ninguno de ustedes tenga que pasar por esto”, confesó con franqueza.

Durante todo el proceso, Cattouse continuó enseñando en la Academia Santa Catalina, donde se convirtió en fuente de inspiración para colegas y estudiantes. La directora del centro educativo, Salome Tillett, destacó la determinación de la maestra. “Janine es una guerrera. Ella siguió adelante con esto. Incluso en sus días bajos, no se le notaba. Se presentaba a trabajar y le preguntábamos: ‘Janine, ¿no quieres estar en casa? ¿Quieres descansar?’ Ella decía: ‘No, quiero estar aquí. Quiero estar ocupada. Quiero seguir adelante, seguir viviendo.’ Pudimos ver un aumento en su fe y su disposición a compartir su historia. Nos inspiró a todos simplemente a través del crecimiento que vimos en ella en medio de sus desafíos”, afirmó Tillett.

Hoy, Cattouse quiere que su experiencia sirva para crear conciencia sobre la importancia de la detección temprana y la fe durante la enfermedad. “Los desafíos, las cargas y todos los obstáculos que enfrentas pueden hacerte sentir que no tienes un propósito. Pero con Dios, sabes que hay un propósito. Entonces, continúas luchando, incluso en los días en que es tan difícil levantarse de la cama. Luchas porque sabes que algo más grande saldrá de todo esto”, manifestó.

Tras meses de incertidumbre, cirugías y tratamiento, su fe se ha fortalecido. Asegura que las oraciones, junto con el apoyo incondicional de su familia y amigos, fueron su mayor sostén. “Incluso cuando las cosas parecen imposibles de superar, con fe y amor todo es posible”, dijo con una sonrisa.

Hoy, su historia no solo celebra una victoria personal, sino que envía un poderoso mensaje de esperanza y resiliencia a quienes atraviesan una batalla similar: que nunca es tarde para creer, luchar y volver a vivir.