UDP en crisis: exclusión y conflicto entre líderes
El drama político dentro del Partido Unido Democrático (UDP) continúa sin tregua. Apenas un mes después de que una reunión del Consejo Nacional del partido (NPC) terminara en caos, el UDP intentó retomar el control el pasado sábado bajo la presidencia de Michael Peyrefitte, reinstalado con la intención de unificar el partido.
Durante la sesión se presentó una resolución para reintegrar a todos los miembros expulsados, excepto a Patrick Faber. Peyrefitte explicó: “La resolución: ‘Que todos los que fueron expulsados del partido y no están en buenos términos con el partido, excepto Patrick Faber, se propone que estas personas sean invitadas a regresar al partido, y que se proceda con las convenciones y la convención nacional el cinco de octubre.’ Pero, dada su conducta y su falta de respeto hoy, estamos votando y proponiendo al NPC que no se permita su regreso al UDP, y yo fui el primero en votar para que no regrese.”
Al cierre de la jornada, el Consejo Nacional aprobó por unanimidad la reincorporación de los expulsados, exceptuando a Faber. Este respondió con firmeza: “El señor Peyrefitte puede decir lo que quiera. Yo he estado aquí más tiempo que él. He servido a este partido desde los catorce años. Esto no se trata de mí; Collett no necesita una convención. Esa división no está en riesgo, pero aún debemos hacer lo correcto. Que hablen, no me molesta. Al final del día, conozco mi valor, no solo para este partido, sino como persona. Así que sus palabras no importan.”
Peyrefitte, sin dar margen a dudas, sentenció que mientras sea presidente, Faber no podrá postularse bajo la bandera del UDP en ninguna elección futura: “Patrick Faber cree que es intocable, que las reglas no aplican para él. Pero el UDP no es una mujer maltratada. El UDP no será intimidado. No permitiremos que nuestras puertas sean derribadas por un individuo perturbado. Y quede claro: para las cinco en punto hoy, creo que el UDP dejará en evidencia que ya no queremos a Patrick Faber en este partido. Mientras yo sea presidente, cuando se abran las postulaciones para las convenciones de las divisiones, incluida Collett, el nombre de Faber no será aceptado, si es que se atreve a postular.”
Sin embargo, Faber no se da por vencido y cuestiona el proceso que el partido ha seguido para excluirlo. Según él, el UDP es un partido democrático que debe respetar sus propios estatutos: “Este es un partido democrático. Si quieren acusarme de ser disruptivo o violar la constitución del partido, no tengo problema con eso, pero deben seguir el procedimiento adecuado. Presenten los cargos, llévenlos al Comité Ejecutivo Central y declaren: ‘Faber debe irse’. Luego, remitan el asunto al Comité de Ética. El comité me citará, exigirá una explicación y finalmente decidirá, ya sea expulsión, suspensión, multa o reprimenda. Esos son los únicos cuatro resultados posibles. Permítanme ser claro: el tribunal ya confirmó que no hubo una expulsión legal. No pueden simplemente ‘reinstaurarme’ porque nunca dejé de ser miembro. Si quieren que me vaya, deben seguir el debido proceso, comenzando con un cargo formal ante el Comité Ejecutivo Central. Les estoy diciendo cómo hacerlo.”
La división dentro del UDP persiste y la lucha por el control del partido continúa mientras se acerca la convención nacional programada para octubre.
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